Sentada en las escaleras se encontraba la ingrata
Enseñando sus huesitos y sus dientitos
“Ahí viene la profe martita” dijo la calaca
Bailando un cha-cha-cha
La flaca la andaba buscando y la mis ni en cuenta
Lo siento mucho mis se tiene que ir conmigo
Dejare a sus alumnos en paz pero a usted me la llevo.
Arturo Mondragón Sánchez